viernes, 11 de enero de 2008

REIKI


: ¿Sufres estrés, ansiedad, dolores de espalda, falta de vitalidad...? El Reiki es una auténtica inyección de energía para tratar estos trastornos y recuperar tu equilibrioEl reiki consiste en canalizar la energía universal a través de las manos. “Tiene muchas aplicaciones: puede utilizarse para aliviar un dolor fuerte o crónico, para reducir el estrés o para reestablecer la armonía”,La técnica surgió en Japón a finales del siglo XIX y actualmente se practica en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud lo ha reconocido como terapia alternativa, y en países como Inglaterra, Alemania y Estados Unidos es frecuente ofrecerlo como tratamiento, y también se aplica en los hospitales para paliar las molestias de las personas ingresadas.El reiki trabaja con la energía universal, la misma que la medicina china llama ‘chi’ o que los hindúes conocen como ‘prana’. Parte del principio de que, cuando nuestra energía se encuentra en equilibrio, el organismo está sano y alejado de la enfermedad. Por eso, el objetivo del tratamiento es recobrar la armonía física, mental y espiritual, como ocurre con el shiatsu, la acupuntura o el ayurveda.El reiki puede ser compatible con la medicina tradicional o con las terapias psicológicas. De hecho, a menudo es un complemento excelente: “Nunca interfiere. En todo caso, acelera los procesos de curación y puede ser necesario modificar la medicaciónUn tratamiento de reiki comienza cuando el paciente entra en la consulta y se tumba en una camilla, dispuesto a pasar unos 50 minutos en estado de relax. No hay que quitarse la ropa, pero sí las joyas. El terapeuta coloca las manos en los puntos energéticos del cuerpo (básicamente, los que coinciden con los chakras) durante varios minutos. Así recorre el cuerpo de la cabeza a los pies. Mientras, el paciente sólo tiene que relajarse y respirar pausadamenteDurante el tratamiento se pueden experimentar distintas sensaciones: frío, calor, cosquilleo, relajación, ligereza... También puede que afloren emociones como alivio, tristeza, rabia, ganas de llorar o de reír. Lo más habitual es sentir una gran relajación y descanso. Incluso, algunas personas se quedan dormidas. Todas estas sensaciones ocurren porque la energía fluye: “equilibra el sistema energético, suelta tensiones y estrés, alivia dolores y activa la capacidad del cuerpo para sanarse”.Después del tratamiento, la sensación es parecida a despertarse de un sueño profundo y renovador: la persona se siente vital, relajada, centrada y con las energías renovadas. Sin embargo, puede que unos días más tarde sienta cierto malestar: recuerdos que se reviven, sudor, mal humor, erupciones cutáneas... Pero eso es buen síntoma: significa que algo se está renovando por dentro y que el malestar que albergaba está aflorando a la superficie para ser eliminado.Sin embargo no hay que asustarse, ya que la sensación remitirá con el paso de los días y acabará convirtiéndose en bienestar. Se recomienda realizar tratamientos de cuatro sesiones como mínimo. “Suelen bastar para tratar problemas de estrés, tensión, ansiedad, insomnio, etc. Pero el número de sesiones depende siempre de cada persona, ya que no es lo mismo una enfermedad crónica que un problema de estrés en el trabajo”

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